Éste es el segundo en una serie de tres artículos que tratan el tema de los padres e hijos que viven o desean vivir en estados distintos. Habla sobre la importancia de mantener la relación entre el menor y ambos padres. El primer artículo, ¿Es posible mudar a mi hijo menor de edad fuera de Nueva Jersey?, describe las leyes estatales pertinentes en caso de que uno de los padres se quiera mudar del estado con su(s) hijo(s). El artículo tercero, los casos de manutención para los hijos menores cuando los padres viven en diferentes estados, trata los asuntos de manutención que surgen cuando los padres viven en distintos estados uno del otro.
Es un reto criar a un hijo cuando los padres están separados. El asunto se complica más aún cuando viven en estados diferentes. El reto más grande de criar a un hijo a larga distancia es asegurarse que el menor tenga una relación sólida con ambos padres.
Cuando los padres que viven en estados distintos quieren hacer que su acuerdo de custodia se convierta en una orden judicial formal, o cuando necesitan resolver una disputa acerca de la custodia o las visitas (llamadas en inglés parenting time), puede ser difícil determinar qué tribunal debe encargarse del caso. El asunto de cuál tribunal debe encargarse del caso es una cuestión de jurisdicción. En los casos de custodia, la jurisdicción por lo general depende de lo siguiente:
Si ningún tribunal ha dictado una orden de custodia o visitas, la norma general es que el juzgado del estado donde haya vivido el menor (y uno de los padres o tutores) durante los últimos seis meses sea el que resuelva el caso. Si el niño es menor de seis meses, el estado donde nació y ha vivido desde entonces es el que tiene la jurisdicción. Este se dicer ser el estado de residencia del menor.
Si el menor no ha vivido en un sólo estado desde que nació o durante los últimos seis meses, entonces no tiene un estado de residencia establecido. En ese caso, el tribunal considera cuál es el mejor estado para resolver el asunto, y estudia los vínculos significativos entre el menor y el estado. Por ejemplo, tiene conexiones significativas el estado donde viven los parientes, maestros o médicos del menor, quienes posiblemente pueden ser testigos si es necesario celebrar un juicio. Si no hay un estado de residencia, el tribunal puede asumir la jurisdicción si:
Si los tribunales en dos estados ambos determinan que su estado debe tomar jurisdicción sobre el caso, se les requiere a los dos que se comuniquen entre sí para decidir cuál debe resolver el asunto.
Siempre ha existido la preocupación de que uno de los padres se lleve al menor de su casa a otro estado si el permiso adecuado del otro padre o una orden judicial. Las leyes relacionadas a la jurisdicción, llamadas "La ley uniforme de jurisdicción y cumplimiento de la custodia de los hijos" y "La ley para la prevención del secuestro de los hijos por los padres", le requieren a los tribunales que rechacen la jurisdicción sobre un caso en el cual uno de los padres se haya llevado al menor a un nuevo estado sin el consentimiento adecuado o una orden judicial.
Tenga en cuenta que se les permite a los tribunales aceptar la jurisdicción si uno de los padres huye de su estado de residencia a un nuevo estado para escapar del maltrato, ya sea a él o ella o al menor, por parte del padre que dejó atrás. Sin embargo, el progenitor que está huyendo tiene que avisar a la policía local o a la agencia para la protección de los menores (en Nueva Jersey, es la Agencia para la Protección y Permanencia del Menor, DCP&P, anteriormente conocida como la División de Servicios para el Menor y la Familia, DYFS) sobre la preocupación y la intención de fuga.
Le puede pedir al tribunal de otro estado que rechace la jurisdicción a causa de un inconveniente significativo. Para decidir este asunto, el tribunal considera factores tales como:
Una vez el tribunal estatal toma la jurisdicción del caso adecuadamente y dicta una orden de tutela o visitas, puede retener la jurisdicción hasta que ambos padres y el menor se muden del estado. La situación se complica si uno de los padres se muda con el menor del estado que dictó la primera orden de tutela o visitas y el otro se queda en ese estado. No se les permite a los tribunales de otros estados cambiar la orden de tutela o visitas siempre y cuando el primer estado mantenga la jurisdicción.
Una vez el menor haya vivido en un nuevo estado por varios años, cualquiera de los padres puede pedir que el juzgado del estado que dictó la primera orden de tutela o visitas renuncie o rechace su jurisdicción sobre el caso para transladarla a otro estado. El tribunal tomará en cuenta factores tales como la cantidad de tiempo que el menor haya vivido en el nuevo estado y qué estado contiene la mayoría de las pruebas o testigos que tendrían que declarar durante la audiencia.
Si uno de los padres quebranta la orden de tutela o visitas, se puede hacer valer en el estado de cualquiera de los padres. El tribunal que hace valer la orden puede ser distinto al que tiene la jurisdicción para cambiarla.
Por ejemplo: La madre y el hijo viven en la Florida, pero el padre se quedó en Nueva Jersey. Una orden judicial de custodia dictada en la Florida se puede hacer valer por cualquiera de los padres, ya sea en Nueva Jersey o la Florida.
Si quiere hacer valer la orden judicial, debe tomar en cuenta cuál de los dos tribunales será más eficaz en aplicar la orden en contra del padre delincuente. Si la madre (del ejemplo) se niega a transportar al menor a Nueva Jersey, como se lo requiere la orden judicial, el padre debe buscar que se haga valer en el tribunal de la Florida, el cual puede penalizar a la madre; por ejemplo, pueden emitir una orden de arresto o requerir que pague los honorarios de los abogados del padre. Por otro lado, si el padre se niega a devolver el menor después de una visita larga, lo mejor sería que la madre trate de hacer que se haga valer la orden en el tribunal de Nueva Jersey, el cual puede penalizar al padre.
Si uno de los padres está tratando de hacer valer una orden en un estado que no la emitió, el padre tiene que inscribir la orden en ese tribunal antes de presentar, o a veces a la misma vez que se presente, el pedimento para hacerla valer.
Cuando los padres viven en estados distintos, especialmente cuando están separados por largas distancias, es vital que los dos traten de apoyar la relación del menor con ambos padres. Contacto frecuente por teléfono, correo electrónico y mensajes instantáneos pueden ayudar al padre no tutelar a ser parte de la vida diaria del menor. Añadir contacto visual por medio de equipo de videoconferencia e intercambios de fotos digitales y videos le puede ayudar a cumplir con este objetivo. Los padres que no tengan acceso a una computadora en la casa pueden ir las bibliotecas públicas, las cuales brindan acceso a Internet.
Aún con los niños pequeños, estas conexiones ayudan a mantener una relación sólida. Enviarle al padre no tutelar videos de los sucesos y acontecimientos físicos le puede ayudar a mantenerse al tanto con el menor. De igual forma, es posible que una grabación digital o en video del padre no tutelar leyendo un libro le puediera ayudar al menor a sentirse más cerca a un padre que no está físicamente presente.
Si lo planifica con antelación, los niños que están en la escuela pueden disfrutar de algunas actividades diarias con sus padres (aún cuando están lejos), tales como ver un programa de televisión o un partido deportivo juntos. El padre y el menor pueden habar sobre el programa o el deporte por teléfono durante el evento o después del mismo. Aún compartir la experiencia de mirar la luna o las estrellas mientras hablan por teléfono o envían mensajes instantáneos o de texto puede ser una tradición especial.
Animar al menor a que planifique y espere las visitas personales le ayuda a que sienta que tiene más control sobre su propio horario y le puede ayudar a disfrutar más del tiempo que comparte en persona con el padre no tutelar.
Esta información se actualizó el: Jan 19, 2017